El técnico de Climalia León, Gustavo Aranzana, aseguró una vez conseguido el ascenso a ACB, tras ganar el quinto partido al CAI, que "León debe prepararse para la nueva ACB, que nada tiene que ver con la que en su momento vivió, ya que la que se juega hoy es durísima, y tendrá que pelear mucho", dijo.

El técnico de Climalia León, que ha logrado los dos ascensos a la ACB en León, reconoció que "tenía una espina clavada con este equipo y con esta ciudad", haciendo referencia al descenso del conjunto leonés que vivió hace siete años, en el partido en que el técnico dirigía al Grupo Capitol, entonces llamado Fórum Valladolid.
"No es que en su momento me sintiera culpable de nada, pero viví el descenso de este equipo, fue un día muy duro entonces, a pesar de estar en el equipo rival, y a día de hoy ya me he quitado la espina de aquel día", explicó el vallisoletano.
Aranzana cree que ahora es el momento de "disfrutar" y "dar protagonismo a los verdaderos artífices del ascenso" y por eso destacó que si el León ha subido a ACB, ha sido gracias a lo que ha hecho "este equipo, esta afición y esta ciudad".
El técnico de Climalia León evitó hablar de futuro y sólo piensa en celebrar el ascenso y en la final de la Liga LEB ante el Manresa, un partido que puede ser "el broche a esta gran temporada", indicó.
Por su parte, uno de los principales artífices del ascenso, el argentino Paolo Quinteros se siente "muy feliz" y aseguró que "lo logrado no tiene precio porque, en este caso y como decimos los argentinos, le pusimos huevos para no entregar la eliminatoria, forzar el quinto partido y venir a casa a ascender".
"Es un ascenso muy merecido, ya que este equipo no tiene ninguna estrella, pero juega como colectivo y ese ha sido el gran éxito del León", apuntó Quintero, quien admitió que le gustaría "quedarse en León", aunque dejó claro que "lo primero es festejarlo con mis seres queridos y la gente que me ha apoyado y luego ya habrá tiempo para hablar", concluyó.